Plegarias en el monte de Jean Gentil.

Jean Gentil (2010), largometraje de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, establece un contrapunteo entre el desarrollismo acelerado de Santo Domingo y el paisaje de Samaná, en el extremo Atlántico de República Dominicana. La narración sigue a un inmigrante haitiano en su infructuosa búsqueda de empleo en la ruidosa urbe capitalina y su consecuente escapada al campo, hastiado por el continuo rechazo. El filme aborda las tribulaciones de un cuerpo donde se encarnan las tensiones fronterizas entre R. Dominicana y Haití; así como la histórica problemática que constituye la inmigración haitiana en la construcción de los discursos sobre la nación dominicana, que han estado impregnados de racismo y negrofobia.

La ciudad se configura como un cuadro invadido por el ruido ambiente del tráfico y el caos del espacio urbano. En ese campo de batallas que constituyen las metrópolis modernas se agota la vida de quienes intentan subsistir desde posiciones de subalternidad dentro de la lógica de sobre-explotación del capitalismo global. En tal escenario distópico el cuerpo de Jean Remy Genty desaparece, se hace invisible detrás de los edificios que llenan la pantalla. Lejos de glorificar al protagonista, se muestran las vulnerabilidades que atraviesan a este educado inmigrante. Es un hombre negro, subalternizado y racializado, sin empleo, que se resiste a encajar en los roles y estereotipos asignados a la emigración haitiana en la distribución del trabajo en R. Dominicana, en la dinámica de una economía política racista y xenófoba.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

La película lleva a primer plano el drama del racismo y la discriminación laboral en esta isla del Caribe, situando la intersección género/masculinidad-raza/negritud-migración en el foco de atención. Tomando como recurso narrativo que hilvana la historia la malograda búsqueda de empleo del personaje, Jean Gentil sigue una deriva en la que la ciudad es representada como un espacio arquitectónico opresivo, el lugar inhóspito donde se ejerce la dominación de los sujetos más vulnerables a través del trabajo. Es precisamente en el trabajo, con su inadaptación a los roles que dentro de éste se le asignan bajo la marcación de inmigrante haitiano, donde acontece la rebelión individual del antihéroe. Jean Remy reza en creole, ruega por un lugar al que pertenecer, un hogar. Se inicia aquí un viaje físico, mental y espiritual. La huida de Jean Remy hacia el contexto rural se escenifica en tanto resistencia y cimarronaje, un gesto de disenso que establece la imagen de la ciudad moderna como locus de opresión, domesticación y borrado de la diferencia.

La verdadera transformación de Jean Remy Genty ocurre en pleno campo, cuando no queda resquicio de la ciudad moderna o de los espacios de socialización pautados por las coerciones biopolíticas del género. El monte adquiere un sentido emancipatorio para re-construir la subjetividad en tensión del protagonista, restituyendo simbólicamente, por medio de la integración de su anatomía en el paisaje, la agencia política del cuerpo negro masculino. El cuerpo libre en la naturaleza metaforiza el quiebre de la colonialidad que define el conflicto central del personaje. La primera escena que da testimonio de la metamorfosis del cuerpo situado, atravesado por el paisaje, le muestra bañándose desnudo en un río. Es la primera ocasión en que se despoja de la indumentaria acondicionada para cumplir una pose social; cuando por primera vez le vemos sonreír. Quizás porque es en este punto del relato donde comienza a desaprender y a recuperar una memoria ancestral que le reconecta con maneras de estar en el mundo más instintivas, espontáneas y menos regladas.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Le vemos desenterrando un tubérculo para revelarnos con alegría inusitada que se trata de un ñame. Se repite a sí mismo en voz alta: “un ñame, qué bueno”. En este acto de enunciación, la voz oral del sujeto afrodiaspórico rearticula una relación con la tierra a través de la cual recupera la memoria agrícola africana, una cultura material que sobrevivió en el tránsito atlántico. Luego asistimos a la demostración más radical de la evolución del personaje y su ruptura con un saber que poco le sirvió en un mundo supeditado a los códigos del racismo occidental. Para cocinar el ñame, el personaje prende el fuego de una hoguera con las hojas del curriculum y los diplomas de los títulos que mostró inútilmente en cada entrevista de trabajo. A partir de este instante, tanto la fotografía como la banda sonora de la película quedarán supeditadas a la potencia del paisaje.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

En otra secuencia aparece Jean, despojado de zapatos y sin camisa, deambulando en medio del monte hasta pararse en un claro. La pose asumida por el cuerpo negro entre la espesura de la vegetación recuerda en cierto modo la escultura renacentista del David de Donatello. No parece casualidad que el personaje de Jean Remy se apoye elegantemente sobre un palo encontrado en el monte, reclinando el cuerpo sobre una pierna mientras la cadera opuesta se alza ligeramente y dota a la anatomía de una postura que recuerda la curva praxitélica que definió un canon en la escultura clásica. Este ideal de belleza en la historia del arte occidental es puesto en paralaje en una composición donde el sujeto masculino afrodescendiente es reivindicado. La sensualidad de la figura del hombre negro es representada sin estereotipos, despojada de todas las convenciones de la mirada colonial que la ha caricaturizado, inferiorizado o hiperbolizado.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

La construcción de este personaje apuesta por la significación de otras masculinidades alternativas. El protagonista disiente de los estereotipos racistas persistentes sobre el hombre negro en el Caribe postcolonial. Su cuerpo es frágil, padece una dolencia que le conduce incluso al deseo de suicidarse. No teme expresar esas supuestas debilidades. Nuestro antihéroe es un sujeto que posiblemente atraviesa una fuerte depresión al no poder concretar sus aspiraciones laborales y no encontrar un modelo de vida sostenible. Sin embargo, no teme pedir ayuda, se expone ante los otros revelando su intimidad, comparte sus sentimientos y acepta sus incapacidades en un gesto de autoconocimiento y auto aceptación que va madurando con la progresión de la trama.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Aunque en los últimos minutos del filme el personaje parece haberse adaptado a la vida naturalista y espontánea del monte, continúa implorando a Dios por un lugar al que pertenecer, donde sentirse definitivamente libre. Las imágenes finales nos llevan al mar, a ese Atlántico donde empezó y todavía no ha terminado la historia de resistencia de la diáspora africana. La cámara sobrevuela el territorio de la isla hasta llegar al otro lado, para registrar la imagen sobrecogedora de un Haití en ruinas tras el terremoto del 2010. Jean Gentil es la historia mínima de un migrante que simboliza las tensiones identitarias y políticas entre R. Dominicana y Haití, un conflicto que ha dividido el paisaje de una misma isla.

Suset Sánchez

Suset Sánchez es curadora y crítica de arte. Licenciada en Historia del Arte (Universidad de La Habana, 2000) y Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual (Universidad Autónoma de Madrid, Universidad Complutense de Madrid y MNCARS, 2013). Actualmente tiene una Beca de Investigación en el Departamento de Exposiciones del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (2017-2021). En 2016-2017 obtuvo la Beca de la Real Academia de España en Roma. En 2016 tuvo la Beca de investigación y producción de ensayo crítico de TEOR/éTica y Lado V en Costa Rica por el proyecto “La agencia afrodescendiente en Centroamérica y el Caribe: cartografías políticas del ‘Atlántico negro’ y ‘Afro-Latinoamérica’ en los discursos artísticos contemporáneos de la región”. En 2013 su proyecto rumor… Historias decoloniales en la Colección ‘la Caixa’ obtuvo premio en la 1ra Convocatoria Comisart, CaixaForum Barcelona. Fue curadora del programa de actividades de Intermediae Matadero Madrid (2006-2011).

Artículos publicados recientemente:

“Cómo guardar luto a los que no tienen nombre: Arqueología futura del presente”. Palabras al catálogo, exposiciónSincretismo. Rigoberto Camacho, CIC El Almacén / Área de Cultura del Cabildo de Lanzarote, Lanzarote, 2020.

“Miguel Ángel Salvó: Conversaciones en el intervalo de la pintura”. Palabras al catálogo, exposición Miguel Ángel Salvó. Atramentum, Kendall Art Center, Miami, 2020.

“El decreto 349 dinamita el arte en Cuba”. Entrevista, Carlos Cabrera, Cibercuba, 25 de junio de 2020. https://www.cibercuba.com/noticias/2020-06-19-u191143-e191143-s27315-suset

“Estar aquí ahora #4: Suset Sánchez”. Entrevista, Solveig Font, Rialta Magazine, junio de 2020. https://rialta.org/estar-aqui-ahora-suset-sanchez/

“La ciudad letrada termina en un callejón del Cerro: Luis Manuel Otero en su propia cárcel”. Último Mudit, Tenerife, 10 de marzo de 2020. http://ultimomaudit.com/la-ciudad-letrada-termina-en-un-callejon-del-cerro-luis-manuel-otero-en-su-propia-carcel/

“Alexis Esquivel: Entrevista”. Cuban Studies, Vol. 48, University of Pittsburgh Press,2019, pp. 340–355.

“Miguel Ángel Salvó en la encrucijada de la pintura”. CdeCuba, n.º 27, Valencia, 2019,pp. 68–75.

“Rubén Fuentes: Paisajes suspendidos”. CdeCuba, n.º 26, Valencia, 2019, pp. 14–19.

“La cartelística de Claudio Sotolongo: historicismo, concepto y lenguaje para reformular unatradición gráfica”. Palabras al catálogo, exposición Claudio Sotolongo. Kant, el ortnitorrinco y algunos carteles, Palacio del Segundo Cabo, La Habana, 2019.

“Contra el racismo. Exposiciones y voces afrodescencientes en el arte cubano contemporáneo (1997–2017)”. Pan fresco. Textos críticos en torno al arte cubano.Clemens Greiner y Henry Eric Hernández (Eds). Almenara, Leiden, 2019, pp. 221–224.

“Prólogo: Eyacular la palabra”. BohemianRhapsody. Andrés Isaac Santana. Le Projet,Cuenca, 2019, pp. 13–15.

“Escritura, abismo y resurrección”. BohemianRhapsody. Andrés Isaac Santana. Le Projet, Cuenca, 2019, pp. 255–256.

“Diásporas de la diáspora, o la reconstrucción del “Atlántico Negro”: Voces afrodescendientes e imaginarios post y decoloniales en el arte cubano contemporáneo”.Caminar, navegar, viajar… Aurora Alcaide (Ed.). Ediciones de la Universidad de Murcia,Murcia, 2019, pp. 107–145.

Traduciendo a lxssubalternxs”. Zona crítica, exit-express, Madrid, 25 de abril de 2019.

“Todos los tonos de la rabia. Poéticas y políticas antirracistas”. ArtNexus, n.º 111,dic.-feb., 2018-2019, pp. 123–125.

“AiméeJoaristi”. ArtNexus, n.º 111, dic.-feb., 2018-2019, pp. 92–93.

“Fauves: Post-Pop-Post… Post-Transvanguardia tica”. Arte al Límite, Nº. 91, Santiagode Chile, 2018, pp. 60–65.

“Gulliver atrapado en una botella”. CdeCuba, No. 25, Valencia, 2018, pp. 2–7.

“I am notyour negro: una historia del racismo en Estados Unidos contada por JamesBaldwin”. Cine Cubano, n.º 203–204, ene.–ago., La Habana, 2018, pp. 128–133.

“Sobre la contemplación (desde algún lugar de Occidente) de los paisajes de Rubén Fuentes”. Palabras al catálogo, exposición Rubén Fuentes. Anthropo-scène, Galería Felli,París, 2018.

“El proyecto cinematográfico y pictórico de Jorge Carruana Bances: Episodios de la diáspora intelectual cubana entre España e Italia (1968–1997)”. Palabras al catálogo, exposiciónProcessi 144_M. Entrelazarse con Roma, Matadero Madrid, Madrid, 2018, pp. 104–107.

“En el hastío de la espera: la experiencia de un régimen totalitario en las historias privadasdel arte cubano contemporáneo”. Palabras al catálogo, exposición El fin del gran relato,Galería Taller Gorría y Oficina de Proyectos Culturales, La Habana y Puerto Vallarta,2017–2018, pp. 72–85.

Les prières dans la campagne
de Jean Gentil.

Jean Gentil (2010), long-métrage de Laura Amelia Guzmán et Israel Cárdenas, établit un contraste entre le développement accéléré à outrance de Saint-Domingue et le paysage de Samaná, dans l’extrémité atlantique de la République dominicaine. Le récit suit un immigré haïtien pendant sa recherche vaine d’un emploi dans le bruyant tissu urbain de la capitale . Lassé par un rejet continu, il s’enfuit à la campagne. Le film évoque les tribulations d’un corps qui incarne les tensions frontalières entre la République dominicaine et Haïti ; ainsi que la problématique historique que constitue l’immigration haïtienne dans la construction des discours sur la nation dominicaine, imprégnés de racisme et de négrophobie.

La ville se configure comme un cadre envahi par le bruit ambiant du trafic et le chaos de l’espace urbain. Dans ce champ de bataille que constituent les métropoles modernes, la vie de celles.eux qui tentent de subsister dans une position de subalternité s’épuise au sein de la logique de surexploitation du capitalisme global. Dans ce scénario dystopique, le corps de Jean Remy Genty disparaît, devient invisible derrière les immeubles qui emplissent l’écran. Loin de glorifier le protagoniste, le film montre les vulnérabilités qui traversent cet immigré éduqué. Il s’agit d’un homme noir, subalternisé et racisé, sans emploi, qui refuse de s’en tenir aux rôles et stéréotypes assignés à l’émigration haïtienne dans la distribution du travail en République dominicaine, aux prises d’une dynamique d’économie politique raciste et xénophobe.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Le long-métrage porte au premier plan le drame du racisme et de la discrimination à l’embauche dans cette île des Caraïbes, faisant la lumière sur l’intersection genre/masculinité-race/négritude-migration. En prenant pour cadre narratif le récit de l’infructueuse recherche de travail du personnage, Jean Gentil suit une dérive dans laquelle la ville est représentée comme un espace architectural opprimant, un lieu inhospitalier où s’exerce la domination par le travail des sujets les plus vulnérables. C’est précisément par le travail, par son inadaptation aux rôles qui dans le cadre de celui-ci lui sont attribués du fait de sa condition d’immigré haïtien, que se produit la rébellion individuelle de l’anti-héros. Jean Remy prie en créole, implorant un lieu d’appartenance, un foyer. C’est là le point de départ d’un voyage physique, mental et spirituel. La fuite de Jean Remy vers un contexte rural est scénarisée comme une action relevant autant de la résistance que du marronnage, un geste de dissension qui pose l’image de la ville moderne comme un locus d’oppression, de domestication et d’effacement de la différence.

La véritable transformation de Jean Remy Genty a lieu en pleine campagne, loin de la ville moderne ou des espaces de socialisation conditionnés par les coercitions biopolitiques du genre. La campagne acquiert un sens émancipatoire pour reconstruire la subjectivité en tension du protagoniste, restituant symboliquement, à travers l’intégration de son anatomie au paysage, le poids politique du corps noir masculin. Le corps libre dans la nature métaphorise la fracture de la colonialité qui définit le conflit central du personnage. La première scène témoignant de la métamorphose du corps situé, traversé par le paysage, le montre se baignant nu dans une rivière.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

C’est la première occasion où celui-ci se dépouille de l’habillement conditionné pour l’accomplissement d’une pose sociale ; lorsqu’on le voit sourire pour la première fois. C’est peut-être à ce point précis du récit qu’il amorce un processus de désapprentissage et de récupération d’une mémoire ancestrale le reliant à des formes d’existence plus instinctives, spontanées et moins normées.

On le voit déterrer un tubercule pour nous révéler avec un bonheur inhabituel qu’il s’agit d’une igname. Il se répète à voix haute : « une igname, quelle chance ». Dans cet acte d’énonciation, la voix orale du sujet afro-diasporique réarticule un rapport avec la terre à travers lequel il récupère la mémoire agricole africaine, une culture matérielle qui a survécu dans la traversée de l’Atlantique. On assiste ensuite à la démonstration la plus radicale de l’évolution du personnage et sa rupture avec un savoir qui lui a peu servi dans un monde soumis aux codes du racisme occidental. Pour préparer l’igname, le personnage allume un feu avec les feuilles de son CV et les diplômes universitaires qu’il montrait inutilement à chaque entretien de travail. À partir de cet instant, la photographie et la bande sonore du film demeureront liées à la puissance du paysage.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Dans une autre séquence, Jean apparaît torse et pieds nus en pleine déambulation dans un champ, avant de s’arrêter dans une clairière. La pose assumée par le corps noir au coeur de l’épaisseur de la végétation rappelle d’une certaine façon la sculpture du David de Donatello. Ce n’est apparemment pas un hasard si le personnage de Jean Remy s’appuie élégamment sur un bâton trouvé dans les parages, inclinant son corps sur une jambe tandis que la hanche opposée se hausse légèrement, reproduisant une posture qui rappelle la courbe praxitélienne, définie comme un canon de la sculpture classique. Cet idéal de beauté dans l’histoire de l’art occidental est mis en parallèle dans une composition où le sujet masculin afro-descendant est revendiqué. La sensualité de la figure de l’homme noir est représentée sans stéréotypes, dénuée de toutes les conventions du regard colonial qui l’a caricaturée, infériorisée ou hyperbolisée.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

La construction de ce personnage se prête à la signification d’autres masculinités alternatives. Le protagoniste est en rupture avec les stéréotypes racistes persistants sur l’homme noir dans la Caraïbe post-coloniale. Son corps est fragile, et subit une souffrance qui le conduit jusqu’au au désir de suicide. Il ne craint pas d’exprimer ses faiblesses présumées. Notre anti-héros est un sujet qui traverse vraisemblablement une forte dépression face à l’impossibilité de concrétiser ses aspirations professionnelles et de trouver un mode de vie acceptable . Cependant, il n’a pas peur de faire appel à l’aide, s’expose à autrui en révélant son intimité, partage ses émotions et assume ses faiblesses dans un geste d’auto-connaissance et d’auto-acceptation qui gagne en maturation au fil de l’histoire.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Fotograma del filme Jean Gentil (República Dominicana, 2010). Dirección y fotografía: Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Imagen cortesía de Aurora Dominicana.

Même si dans les dernières minutes du film le personnage semble s’être adapté à la vie naturaliste et spontanée de la campagne, il continue de prier Dieu pour trouver un lieu d’appartenance, dans lequel il pourra se sentir définitivement libre. Les images finales nous mènent à la mer, à cet Atlantique où a commencé et continue l’histoire de résistance de la diaspora africaine. La caméra survole le territoire de l’île jusqu’à arriver de l’autre côté, pour enregistrer l’image d’une Haïti en ruines suite au tremblement de terre de 2010. Jean Gentil est l’histoire simple d’un migrant qui symbolise les tensions identitaires et politiques en jeu entre la République dominicaine et Haïti, un conflit qui a divisé le paysage d’une même île.