Intervenciones críticas a un paisaje encontrado: heridas y rupturas situadas en la serie “Paisajes rotos” de Raquel Paiewonsky
Andrea Noriega Martínez del Campo
Paisajes rotos es una serie de la artista dominicana Raquel Paiewonsky (Puerto Plata, 1969), que consta de fotografías, postales, pinturas, acuarelas y dibujos (todos ellos de paisajes) intervenidos por ella, mediante la extracción de secciones ovoidales y asimétricas, que después reemplazó por parches hechos con lino, hilo y aguja. Algunos de los paisajes provienen de mercados; otros fueron donados por sus amistades; también los hay de la autoría de Rafi Vásquez, pintor dominicano muy cercano a la artista; y unas pocas acuarelas fueron realizadas por la misma Paiewonsky en sus primeros años de formación 1.
La serie surge en 2017, del interés que la artista había cultivado en el trabajo con paisajes “encontrados” (a la manera del ready-made, es decir, trabajando con piezas existentes para después intervenirlas) desde cinco años antes. Los fragmentos extraídos de las imágenes impiden que se aprecie la escena completa. De cerca, se puede ver la urdimbre del lino café y el hilo blanco que con puntadas que rodean los cortes asimétricos y mantienen la tela en posición.
En el ámbito de la restauración, para reparar una pintura hecha sobre tela es necesario desmontar el lienzo del bastidor, reentelarlo y tensarlo nuevamente. Para ello se usa tela de lino, del mismo tono que el empleado por Paiewonsky en esta serie. En un proceso de conservación el lino da soporte a una superficie delicada, y permite restaurar las grietas y daños producidos por el pasar del tiempo, para después ser pintado y mimetizarse con la obra original. Por el contrario, en la obra de Raquel la tela no ha sido pintada, por lo que el contraste entre ésta, los hilos y la imagen es evidente.
El título de la serie es doblemente significativo: por un lado, refleja las preocupaciones de la artista en torno a la crisis ambiental y, por el otro, permite comprender su reflexión en el contexto histórico caribeño, del que ella parte:

Fig. 1 Raquel Paiewonsky, Paisajes rotos, 2017, lino cosido a mano sobre imágenes de paisajes, dimensiones variables.
[…] este acercamiento al paisaje me ha llevado a conectar con lo que considero la prioridad más esencial e inmediata a nivel global: la protección de nuestro entorno. […] Estas fotografías, acuarelas, postales, pinturas o dibujos han sido intervenidos por agujeros […] que nos obligan a mirar ese espacio de naturaleza y de nosotros mismos con el que ya no contamos. Es una obra procesual en la que durante varios meses esos agujeros han sido reparados cuidadosamente con pedazos de lino bordado a mano en una especie de ritual curativo. Al final del proceso nos enfrentamos a múltiples óvalos de lino vacíos que nos invitan a mirar lo que vamos perdiendo, lo que no es reemplazable y a considerar nuevos modelos y posibilidades que podamos sumar a este gran cuerpo global2.
Es importante, para los objetivos de este ensayo, situar la elaboración de la serie dentro del contexto personal de la artista, y entender que la curación a la que ella refiere, se extendió más allá de lo simbólico en la obra. En una conversación personal, me narró que en 2018 sufrió la crisis de salud más grande que ha tenido en su vida. Para sobrellevarla debió limitarse al trabajo manual que no requiriese mayor esfuerzo físico: “En esa época me encerré en casa y pasaba el día entero haciendo crochet con mi madre o bordando paisajes. Los paisajes permiten hablar de la reconstrucción que tenemos que hacer del planeta, pero coincidió con mi propia sanación3.”
En una conversación coloquial, la expresión “paisaje roto” se interpretaría como referencia al quiebre de un objeto que contiene una representación del género paisajístico: una fotografía, una postal o un cuadro. En español, se entiende que la acción romper se ejerce sobre un objeto, pero un “paisaje” al aire libre no podría romperse (¿dónde empieza y dónde termina el entorno natural?). Bajo esta lógica, la acción de “ruptura” de Raquel se entiende como ejercida contra los paisajes en las fotografías, dibujos, etc.; y su parchado, como la reparación de la “herida” hecha por mano humana en el entorno natural.


Figs. 2 y 3 Raquel Paiewonsky, Paisajes rotos, 2017, lino cosido a mano sobre imágenes de paisajes, dimensiones variables.
La serie puede remitir a la importancia que el paisaje, como género, ha tenido en diferentes territorios caribeños y latinoamericanos, especialmente durante el siglo XIX4, cuando el paisaje devino representación visual del territorio como riqueza natural y como espacio expropiado durante la colonización. La extracción simbólica de la tierra se hace evidente en la violencia de los cortes en Paisajes rotos, y traduce en términos visuales y poéticos las violencias ejercidas contra la tierra, ofreciendo mediante el lino y las suturas, un intento por reparar el daño que, aunque busque sanarse, siempre va a estar allí.
Siguiendo a Yolanda Wood, en la pintura de paisaje del siglo XIX la figura humana estaba generalmente ausente, y cuando aparecía casi siempre era con el objetivo de representar al sector dominante. En la mayoría de los casos “el sujeto no está en el paisaje […] el sujeto es el observador que pinta”5. Con ello, podemos pensar en el papel que juega Raquel como constructora de esta nueva versión de los paisajes “encontrados”, pero también del rol que jugamos nosotros, como observadores de los “paisajes rotos” de Raquel.
Tanto ella como nosotros somos testigos de su intervención extractiva sobre el objeto “encontrado”: percibimos la “herida” y también las suturas. Y si bien la creadora de la serie sigue sin aparecer figurativamente dentro de la imagen, es cierto que deja un registro del proceso manual de su intervención, como también de aquél de recuperación física y anímica por el que atravesó en la creación de esta serie. En este sentido, el producto final comprende un comentario crítico sobre la urgencia de “sanar” nuestro planeta, que opera en modo metaléptico: al tiempo que la artista pensaba en sanar la tierra, sanaba ella misma6.


Figs. 4 y 5 Raquel Paiewonsky, Paisajes rotos, 2017, lino cosido a mano sobre imágenes de paisajes, dimensiones variables.
Finalmente, los procesos de costura en la serie me permiten pensar en una forma poética de acudir a la siembra como una metáfora para la restauración de la herida colonial en los territorios caribeños. Y ello se traduce en el juego de palabras que propongo a continuación: en inglés, el verbo sembrar se traduce en “to sow”, y es homófono del verbo “to sew”, que en español corresponde a coser. Si bien los grafemas son distintos, resulta poético y relevante el encontrar el cruce tanto en la lengua oral, como en lo visual y material de la obra, que revela un paisaje sembrado (sown), intervenido –o “roto”– para ser posteriormente cosido (sewn) y restaurado.


Figs. 6 y 7 Raquel Paiewonsky, Paisajes rotos, 2017, lino cosido a mano sobre imágenes de paisajes, dimensiones variables.
Paisajes rotos es una serie que habla de las intervenciones sobre el paisaje, y es relevante por la importancia del mismo como género pictórico a nivel cultural, en la conformación de identidades en el Caribe insular hispano. Así mismo, la ruptura como proceso creativo hace eco de la enfermedad y el malestar físico de la artista durante la elaboración de esta serie, y es analizable bajo la analogía de la “ruptura” de la naturaleza, modificada a gran escala con la economía de plantación y con la traza de los nuevos centros urbanos en las colonias del Caribe insular durante el periodo colonial. Por último, el acto de restaurar los paisajes “rotos” como una actividad mecánica, manual, en un formato pequeño, se presenta como una alegoría de la sanación del cuerpo de la artista, pero también como un llamado la restauración del entorno natural tras la “ruptura” colonial, que aún afecta el medio ambiente no solo en el Caribe insular, sino a nivel global.
Referencias
Conversaciones personales con Raquel Paiewonsky en julio de 2022 y septiembre de 2023
Raquel Paiewonsky. Soy mi propio paisaje. Las Palmas de Gran Canaria: Centro Atlántico de Arte Moderno, 2018.
Wood, Yolanda. Islas del Caribe: naturaleza-arte-sociedad. La Habana: Editorial UH, 2011.
Resumen
Paisajes Rotos (figs. 1-7) es una serie de la artista dominicana Raquel Paiewonsky, que aborda preocupaciones medioambientales al tiempo que refleja el proceso de sanación personal de la artista durante una crisis de salud. Este artículo estudia la técnica empleada por la artista como un ejercicio que emula la intervención humana en la naturaleza, y propone una metáfora de la recuperación del planeta. La serie se relaciona con la historia colonial y la importancia del género paisajístico en el Caribe, invitando a los observadores a reflexionar sobre la restauración tanto del entorno natural como del cuerpo de la artista.
Paisajes Rotos (Broken Landscapes) is a series by the Dominican artist Raquel Paiewonsky, which addresses environmental concerns while also reflecting the artist’s personal healing process during a health crisis. This article examines the technique used by the artist as an exercise that emulates human intervention in nature and proposes a metaphor for the planet’s recovery. The series is connected to colonial history and the significance of the landscape genre in the Caribbean, inviting observers to contemplate the restoration of both the natural environment and the artist’s body.
Biografía
Andrea Noriega Martínez del Campo es Candidata a Doctora en Historia y Teoría Crítica del Arte por la Universidad Iberoamericana CDMX. Sus intereses de investigación son las representaciones de la maternidad en el arte contemporáneo, así como los estudios de género y decoloniales para el estudio del arte contemporáneo mexicano, latinoamericano y del Caribe. En 2018 se unió al claustro del Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana, y ha sido invitada a impartir cursos sobre perspectivas de género en el arte mexicano y sobre arte y pensamiento contemporáneo en instituciones como el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la Academia Mexicana de la Historia y la Escuela de Arte y Diseño Altos de Chavón. Ha colaborado con diversas instituciones públicas y privadas en México; participado en coloquios, conferencias y charlas a nivel nacional e internacional, y sus textos pueden encontrarse en publicaciones mexicanas y del extranjero.
1 Conversación personal con Raquel Paiewonsky el 31 de julio de 2022. Santo Domingo, República Dominicana. En algunos casos, la intervención se hizo directamente sobre el soporte original, como en el caso de las postales y las acuarelas de la artista; mientras que en otros, Paiewonsky realizó realizó copias de las imágenes, para posteriormente intervenirlas.
2 Raquel Paiewonsky. Soy mi propio paisaje (Las Palmas de Gran Canaria: Centro Atlántico de Arte Moderno, 2018), 24.
3 Conversación personal con Raquel Paiewonsky el 30 de septiembre de 2023. El Portillo, República Dominicana.
4 Yolanda Wood. Islas del Caribe: naturaleza-arte-sociedad. (La Habana: Editorial UH, 2011), 65 y 73.
5 Wood, Islas del Caribe, 72 y 73
6 Tal fue el impacto simbiótico entre ambas formas de sanación, que Paiewonsky decidió titular a su exposición individual, que en 2018 (mismo año de su enfermedad) se presentaría en el Centro Atlántico de Arte Moderno, en Gran Canaria, como Soy mi propio paisaje. La muestra, bajo la curaduría de José Manuel Noceda, estuvo abierta al público de septiembre de 2018 a enero de 2019.
Interventions critiques d’un paysage trouvé: blessures et ruptures dans la série Paisajes rotos [Paysages brisés] de Raquel Paiewonsky
Andrea Noriega Martínez del Campo
Paisajes rotos [Paysages brisés] est une série de l’artiste dominicaine Raquel Paiewonsky (Puerto Plata, 1969) qui regroupe photographies, cartes postales, peintures, aquarelles et dessins de paysages intervenus par l’artiste. Paiewonsky extraie des sections ovoïdales et asymétriques, qu’elle remplace ensuite par des pièces conçues avec du lin, du fil et une aiguille. Certains paysages proviennent de brocantes, d’autres lui ont été donnés par des amis. On trouve aussi ceux de Rafi Vásquez, un peintre dominicain très proche de l’artiste, ainsi que quelques aquarelles réalisées par Paiewonsky elle-même au cours de ses premières années d’études.[1]
La série voit le jour en 2017, à partir de l’intérêt développé cinq ans plus tôt par l’artiste pour les paysages « trouvés » (à la façon du ready-made, c’est-à-dire en travaillant avec des pièces déjà existantes pour ensuite les intervenir). Les fragments soustraits aux images empêchent d’apprécier les scènes dans leur ensemble. De près, on distingue la trame du lin de couleur café et les points de fil blanc contournant les coupures asymétriques et maintenant le tissu en place.
En restauration, afin de réparer une peinture sur toile, il faut la retirer du châssis, la raidir et la tendre à nouveau. Pour cela, on utilise un lin de la même couleur que celui employé par Paiewonsky dans cette série. Dans les processus de conservation, le lin soutient la surface délicate de la toile et permet de restaurer les brèches et les détériorations causées par le passage du temps, pour ensuite être peint et se mimétiser avec l’œuvre d’origine. Dans l’œuvre de Raquel, en revanche, la toile de lin n’a pas été repeinte, et le contraste entre les fils, l’image et celle-ci en devient évident.
Le titre de la série est doublement significatif. Il reflète d’un côté les préoccupations de l’artiste pour la crise environnementale, et permet d’un autre côté d’appréhender sa réflexion sur le contexte historique caribéen dont elle est issue :

Fig. 1 Raquel Paiewonsky, Paisajes rotos, 2017, lino cosido a mano sobre imágenes de paisajes, dimensiones variables.
[…] ce travail sur le paysage m’a amenée à entrer en contact avec ce que je considère être la priorité la plus immédiate et essentielle à l’échelle mondiale : la protection de notre environnement. […] Ces photographies, aquarelles, cartes postales, peintures et dessins sont traversés par des trous […] qui nous obligent à observer un espace de la nature et de nous-mêmes que nous avons perdu. Il s’agit d’une œuvre processuelle dans laquelle ces trous ont été soigneusement réparés pendant plusieurs mois avec des morceaux de lin brodés à la main, à la manière d’un rituel de guérison. À la fin du processus, nous sommes confrontés à de multiples ovales de lin vides qui nous invitent à observer ce que nous sommes en train de perdre, ce qui n’est pas remplaçable, et à envisager de nouveaux modèles et de possibilités à joindre à ce grand corps global.[2]
Il est important pour les objectifs de cet essai de situer l’élaboration de cette série dans le contexte de vie personnelle de l’artiste, afin de comprendre que la guérison dont elle parle dans son œuvre va au-delà de l’aspect symbolique. Au cours d’une conversation personnelle, Paiewonsky m’a parlé du grave problème de santé auquel elle fit face en 2018. Afin de le surmonter, elle fût obligée de limiter son travail à des tâches manuelles ne lui demandant pas d’efforts physiques importants : « À cette époque, je m’enfermais chez moi et je passais toute la journée à faire du crochet avec ma mère ou à broder des paysages. Les paysages me permettaient d’évoquer le processus de reconstruction de la planète que nous devons mener, mais coïncidaient aussi avec ma propre guérison. »[3]
Dans le langage courant, l’expression « paisaje roto » [paysage brisé] pourrait être interprétée comme la casse d’un objet représentant un paysage : une photographie, une carte postale, un tableau. En espagnol, il est entendu que l’action de briser s’exerce sur un objet, car un « paysage » à l’air libre ne pourrait être cassé. (Où commence et où se termine l’environnement naturel ?) Selon cette logique, l’action de « briser » effectuée par Raquel est à comprendre comme un exercice contre les paysages dans les photographies, dessins, etc. et leur rapiéçage comme la réparation de la « blessure » faite par la main de l’homme sur l’environnement naturel.


Figs. 2 y 3 Raquel Paiewonsky, Paisajes rotos, 2017, lino cosido a mano sobre imágenes de paisajes, dimensiones variables.
La série peut faire référence à l’importance qu’a eu le paysage en tant que genre au sein de différents territoires caribéens et latinoaméricains, en particulier au cours du XIXe siècle,[4] lorsque le paysage est devenu une représentation visuelle du territoire en tant que richesse naturelle et espace exproprié pendant la colonisation. L’extraction symbolique de la terre est évidente dans la violence des coupes de Paisajes rotos. Elle traduit en termes visuels et poétiques la violence exercée contre la terre en proposant à travers le lin et les sutures une tentative de réparation des blessures qui, bien qu’on cherche à les guérir, seront toujours là.
Selon Yolanda Wood, la figure humaine est généralement absente dans la peinture de paysage du XIXe siècle. Lorsqu’elle y apparaît, c’est presque toujours pour représenter le secteur dominant. Dans la plupart des cas, « le sujet n’est pas dans le paysage […], le sujet est l’observateur qui peint ».[5] De la même façon, on peut penser au rôle joué par Raquel en tant qu’architecte de cette nouvelle version des paysages « trouvés », mais aussi au rôle que nous jouons en tant qu’observateurs des « paysages brisés » de Raquel.
Nous sommes, tout comme elle, témoins de son intervention extractiviste sur l’objet « trouvé » : nous en percevons la « blessure » et les sutures. Bien que la créatrice de la série n’apparaisse pas non plus dans l’image de façon figurative, il est indéniable qu’elle y laisse une trace du processus manuel de son intervention, ainsi que de sa guérison physique et animique pendant la création de cette série. En ce sens, l’objet final constitue un commentaire critique sur l’urgence de « guérir » notre planète, opérant de façon métaleptique : en pensant à la guérison de la terre, l’artiste se guérissait elle-même.[6]


Figs. 4 y 5 Raquel Paiewonsky, Paisajes rotos, 2017, lino cosido a mano sobre imágenes de paisajes, dimensiones variables.
Enfin, les processus de couture de la série permettent de penser de façon poétique la semaille comme métaphore de la guérison de la blessure coloniale dans les territoires caribéens, traduisible par le jeu de mots que je propose à continuation : en anglais, le verbe semer se traduit par « to sow », homophone du verbe « to sew », en espagnol coser [en français coudre]. Bien que les graphèmes soient différents, il me paraît poétique et pertinent de souligner ce croisement, à la fois dans la langue orale et dans les aspects visuels et matériels de l’œuvre, qui révèle un paysage semé (sown), intervenu – ou « brisé » – pour être finalement recousu (sewn) et restauré.


Figs. 6 y 7 Raquel Paiewonsky, Paisajes rotos, 2017, lino cosido a mano sobre imágenes de paisajes, dimensiones variables.
Paisajes rotos est une série qui traite des interventions sur le paysage et dont la pertinence se doit à l’importance du paysage en tant que genre pictural au niveau culturel dans la formation des identités dans la Caraïbe insulaire hispanophone. De la même façon, la rupture comme processus créatif fait écho à la maladie et au mal-être physique de l’artiste pendant l’élaboration de cette série. On peut y associer l’analogie de « brisure » de la nature, modifiée à grande échelle par l’économie des plantations et l’empreinte des nouveaux centres urbains dans la Caraïbe insulaire pendant l’époque coloniale. Enfin, l’acte de restaurer des paysages « brisés » comme une activité mécanique, manuelle, de petit format, se présente comme une allégorie de la guérison du corps de l’artiste, mais aussi comme un appel à la restauration de l’environnement naturel après la « brisure » coloniale, qui continue à affecter l’environnement de la Caraïbe insulaire et du monde entier.
Références
Conversations personnelles avec Raquel Paiewonsky en juillet 2022 et septembre 2023.
Raquel Paiewonsky. Soy mi propio paisaje [Je suis mon propre paysage]. Las Palmas de Gran Canaria: Centro Atlántico de Arte Moderno, 2018.
Wood, Yolanda. Islas del Caribe: naturaleza-arte-sociedad [Iles de la Caraïbe: nature-art-société] La Habana: éd. UH.
Résumé
Paisajes Rotos [Paysages brisés] (fig. 1-7) est une série réalisée par l’artiste dominicaine Raquel Paiewonsky, abordant des problématiques environnementales ainsi que le processus personnel de guérison de l’artiste face à de graves problèmes de santé. Cet article étudie la technique employée par l’artiste comme un exercice émulant l’intervention de l’humain sur la nature, et proposant une métaphore de la guérison de la planète. La série porte sur l’histoire coloniale et l’importance du genre du paysage dans la Caraïbe, invitant le public à réfléchir sur la restauration de l’environnement naturel tout comme celle du corps de l’artiste.
Biographie
Andrea Noriega Martínez del Campo est docteure en histoire de l’art et en théorie critique à l’Universidad Iberoamericana de Mexico. Ses recherches portent sur les représentations de la maternité dans l’art contemporain, ainsi que sur les études de genre et décoloniales dans l’art contemporain mexicain, latino-américain et caribéen. En 2018, elle a rejoint le département d’art de l’Université Iberoamericana et a été invitée à donner des cours sur la perspective de genre dans l’art mexicain, ainsi que sur l’art et la pensée contemporaine dans des institutions telles que l’Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), l’Academia Mexicana de la Historia et la Escuela de Arte y Diseño Altos de Chavón. Elle a collaboré avec diverses institutions publiques et privées au Mexique et a participé à des colloques, conférences et séminaires à l’échelle nationale et internationale. Ses textes ont été publiés au Mexique et à l’étranger.
[1] Conversation personnelle avec Raquel Paiewonsky le 31 juillet 2022, Saint-Domingue, République dominicaine. Dans certains cas, l’intervention est réalisée directement sur le support original, comme pour les cartes postales et aquarelles de l’artiste ; dans d’autres cas, Paiewonsky réalise des copies des images afin de les intervenir par la suite.
[2] Raquel Paiewonsky. Soy mi propio paisaje [Je suis mon propre paysage] (Las Palmas de Gran Canaria: Centro Atlántico de Arte Moderno, 2018), 24.
[3] Conversation personnelle avec Raquel Paiewonsky le 30 septembre 2023, El Portillo, République dominicaine.4 Yolanda Wood. Islas del Caribe: naturaleza-arte-sociedad. (La Habana: Editorial UH, 2011), 65 y 73.
[4] Yolanda Wood. Islas del Caribe: naturaleza-arte-sociedad. (La Habana: éd.UH, 2011), 65 y 73.
[5] Wood, Islas del Caribe, 72 y 73.
[6] L’impact symbiotique des deux formes de guérison a été tel que Paiewonsky intitula son exposition individuelle Soy mi propio paisaje [Je suis mon propre paysage], présentée en 2018 (année de sa maladie) au Centro Atlántico de Arte Moderno de Gran Canaria.. Exposition sous la curation de José Manuel Noceda, ouverte au public de septembre 2018 à janvier 2019.
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